La cerveza Schneider Bayrisch Hell es una cerveza alemana de estilo Helles Lager que se produce en la cervecería Schneider Weisse en Baviera. Fundada en 1872, la cervecería es una de las más antiguas de Alemania y se dedica a la producción de cervezas de alta calidad utilizando ingredientes naturales y tradicionales métodos de elaboración.
La Schneider Bayrisch Hell se elabora siguiendo la Ley de Pureza Alemana de 1516, que establece que solo se pueden utilizar cuatro ingredientes para elaborar cerveza: agua, malta, lúpulo y levadura. Se utiliza una mezcla especial de maltas de cebada y trigo para darle a la cerveza su sabor único y equilibrado.
Esta cerveza de color dorado claro tiene una espuma blanca cremosa y un aroma sutil a malta y lúpulo. En el paladar, la cerveza es suave y refrescante con sabores a malta y pan con un ligero toque de lúpulo. Su cuerpo ligero y carbonatación moderada hacen que sea una cerveza fácil de beber y muy refrescante.
La Schneider Bayrisch Hell es una cerveza versátil que se puede disfrutar sola o como acompañamiento de una gran variedad de platos. Va muy bien con comidas ligeras como ensaladas, pescado, pollo y quesos suaves. También es una excelente opción para beber durante el verano o en cualquier momento en que se quiera una cerveza refrescante y fácil de beber.
En resumen, la Schneider Bayrisch Hell es una cerveza ligera y refrescante con un sabor equilibrado y agradable. Es una excelente opción para aquellos que buscan una cerveza de calidad que sea fácil de beber y que pueda disfrutarse en cualquier momento del año.
Características Schneider Bayrisch Hell
Origen: Alemania
Volumen alcohol: 4,9%
Estilo: Lager hell
Receta y sabor: Cerveza elaborada con cebada Gauboden y lúpulos hallertau de la región y próximo a la fabrica, una maduración larga y en frío consiguen un equilibrio perfecto de aroma-sabor a lúpulo y malta con un final muy refrescante.
COLOR: Dorado IBUS: 18
Envase:50cl
Fabrica: Schneider weisse
Apuntes del catador: Cerveza de trago largo muy refrescante y con un equilibrio perfecto, con un toque dulce de la malta al final de trago.