La cerveza americana ligera y refrescante es tan emblemática como el béisbol y el pastel de manzana, con un consumo anual de aproximadamente 51 mil millones de pintas, ubicándose como el segundo mayor consumidor de cerveza en el mundo. Sin embargo, su ligereza y suave sabor ha sido objeto de crítica e interrogantes. Aquí desglosaremos cinco razones principales por las que la cerveza americana sabe a agua: los inmigrantes alemanes, la prohibición, la tecnología cervecera, la Segunda Guerra Mundial y la economía de bienes de consumo de la posguerra.
Inmigrantes alemanes y la tecnología cervecera
Entre 1850 y 1900, millones de inmigrantes alemanes llegaron a los Estados Unidos, trayendo consigo su amor por las cervezas doradas y claras. Anteriormente, las cervezas de estilo británico dominaban la industria cervecera, pero los alemanes querían algo diferente. No obstante, la cebada americana tenía un contenido de proteínas superior a la europea, impidiendo la producción de una cerveza clara. Para solucionar este problema, los cerveceros descubrieron que podían usar un grano bajo en proteínas, como el maíz o el arroz, junto con la cebada, para reducir el contenido de proteínas en la cerveza final y obtener así una cerveza clara. Este ajuste en la receta no buscaba abaratar los costos, sino mantener la estética deseada de una cerveza dorada y clara.
Prohibición y su impacto en la industria cervecera

En 1919, la enmienda 18 introdujo la prohibición de la producción, transporte y venta de alcohol en los Estados Unidos. Este hecho afectó profundamente la industria cervecera, que prácticamente dejó de existir, con la excepción de unos pocos empresarios ingeniosos. Cuando la prohibición finalmente se levantó en 1933, solo sobrevivían una fracción de los fabricantes de cerveza de fines del siglo XIX.
Las estrictas leyes estatales y la fuerte regulación gubernamental dificultaron la supervivencia de las cervecerías más pequeñas. Además, durante la Segunda Guerra Mundial, los granos en los Estados Unidos se racionaban, obligando a los fabricantes de cerveza a depender aún más de adjuntos como el maíz y el arroz. Esto ralentizó la resurgencia de cervecerías más pequeñas pero permitió que las cervecerías grandes y establecidas prosperaran.
La economía de bienes de consumo de la posguerra
Después de la guerra, Estados Unidos adoptó un enfoque más liberal hacia el consumo. A lo largo del siglo XX, el número de marcas de consumo se redujo a unas pocas que tenían distribución universal en todo el país. Esto se debió a que los medios de comunicación eran limitados y se buscaba consolidar la presencia de un pequeño número de marcas, incluyendo la cerveza. Grandes empresas como Anheuser-Busch y Miller continuaron creciendo, convirtiéndose en las dominantes de la industria cervecera.
Además, el auge de las cervezas light en el siglo XX diluyó aún más el sabor de la cerveza americana. Estas cervezas fueron comercializadas con éxito como bebidas bajas en calorías, prometiendo “el mismo gran sabor pero menos saciante”, lo que alentó a las personas a consumir más. Los grandes productores de cerveza encontraron un nicho rentable con estas cervezas light, solidificando aún más su dominio en la industria.
La resurgencia de la cerveza artesanal
Sin embargo, a finales del siglo XX, se produjo un cambio positivo para los amantes de la cerveza. En 1977, el Congreso aprobó un crédito fiscal para pequeñas cervecerías y, en 1978, se legalizó la elaboración de cerveza en casa en todo el país. Este cambio legal impulsó el movimiento de la cerveza artesanal. Aunque el crecimiento fue lento al principio, con el tiempo el número de pequeñas cervecerías artesanales comenzó a aumentar.
En 2015, el número de cervecerías en Estados Unidos alcanzó un máximo histórico de 4269, superando los números previos a la prohibición. Hoy en día, los cerveceros ya no están limitados a las cervezas ligeras que los americanos han estado bebiendo durante más de un siglo. Ahora pueden experimentar con una variedad de estilos y sabores, creando nuevas recetas y retomando tradiciones antiguas.
Sin embargo, también hay que mencionar que, a pesar del auge de la cerveza artesanal, las cinco compañías de cerveza más grandes del mundo controlan más del 50% del mercado cervecero mundial. Aunque la cerveza artesanal continúa creciendo, la cerveza ligera americana todavía tiene un lugar significativo en el mercado.
En resumen, las razones por las que la cerveza americana puede parecer “aguada” a algunos son el resultado de una combinación de factores históricos y culturales, así como de prácticas comerciales y regulaciones. Sin embargo, con el crecimiento constante de la industria de la cerveza artesanal, los consumidores tienen ahora más opciones que nunca para encontrar una cerveza que se adapte a sus gustos individuales.